jueves, 16 de diciembre de 2010

“La organización social de la masculinidad” de Robert W. Connell

Por Gorgona

(Descarga el artículo aquí)

Connell nos presenta en su texto un concepto de masculinidad abordado desde un enfoque relacional. Para él la masculinidad no es un objeto coherente sobre el cual se pueda producir una ciencia generalizadora, pues no es un objeto aislado, sino que forma parte de una estructura mayor. Connell en este sentido observa que la masculinidad existe sólo en contraste con la feminidad, donde hombres y mujeres aparecen caracterizados por tipos de carácter polarizados. La masculinidad, afirma Connell, es un producto reciente y culturalmente específica, pues no todas las culturas tienen un concepto de masculinidad.

El autor hace una revisión de las diversas definiciones de la masculinidad. Por un lado, nos encontramos con definiciones esencialistas que recogen un rasgo que definiría la “verdadera hombría” y las definiciones positivistas que se plantean como “lo que los hombres realmente son”. Ambas definiciones son altamente arbitrarias. Por otro lado, encontramos las definiciones normativas, que establecen “lo que los hombres deberían ser”, estableciéndose de esta forma la masculinidad como una norma para la conducta de los hombres. Este tipo de definición produce paradojas, pues pocos hombres realmente se ajustan a dicha norma. Finalmente, otra definición es aquella que nos brinda el enfoque semiótico, el cual define mediante un sistema de diferencias simbólicas. Desde este enfoque, la masculinidad es definida como no-feminidad, definiéndola a través de una oposición semiótica. Esta definición escaparía de la arbitrariedad del esencialismo y de las paradojas de las definiciones positivistas y normativas, sin embargo, Connell considera que este enfoque es limitado. Para abarcar la amplia gana de tópicos se requiere de otra forma de expresar las relaciones. Así, para el autor la masculinidad surge en un sistema de relaciones de género. De esta manera para Connell la masculinidad es al mismo tiempo la posición en las relaciones de género, las prácticas por las cuales hombres y mujeres se comprometen con esa posición de género y los efectos de estas prácticas en la experiencia corporal, en la sexualidad y en la cultura (Connell, 1997:5).

Para Connell el género – o más bien proyectos de género- es un proceso de configuración de la práctica social a través del tiempo, el cual está organizado entorno a un escenario reproductivo. Con este concepto Connell busca hacer énfasis en que no se trata de una base biológica sino que de un proceso histórico que involucra al cuerpo y no a determinantes biológicas. Para el autor, el género es una estructura compleja donde se superponen diversas lógicas. Él propone un modelo de estructura de género donde actúan tres dimensiones: a) las relaciones de poder, b) las relaciones de producción y c) la cathexis (prácticas que dan forma y actualizan el deseo).

A partir de su enfoque relacional, Connell propone el concepto de masculinidad hegemónica, el cual hace referencia a la configuración de la práctica genérica que encarna la respuesta corrientemente aceptada al problema de la legitimidad del patriarcado y la que asegura la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres (Connell, 1997: 10). Además, Connell analiza cómo se configuran las relaciones entre las diversas masculinidades, y observa que se dan relaciones de subordinación, complicidad y marginación. Existe así una estructura de desigualdad que implica el despojo masivo de recursos sociales, por lo cual el género dominante es el que sostiene y usa los medios de violencia. A través de las definiciones patriarcales de feminidad se produce un desarme físico y cultural de las mujeres. De esta manera, la violencia toma dos formas: 1) para sostener la dominación (intimidación) y 2) política de género entre hombres (establece fronteras y exclusiones). Ahora bien, Connell afirma que si bien la violencia es parte de un sistema de dominación a la vez es una medida de su imperfección, pues la escala de violencia apunta a las tendencias de crisis del orden de género.

Connell trata en su texto una gran variedad de temas respecto a la masculinidad, analizada desde un enfoque relacional, lo que hace que el texto en una muy corta extensión esté lleno de conceptos más o menos novedosos. Si bien podría pecarse de superficialidad, al tratar tantos temas en un artículo breve, Connell logra presentar de manera coherente y clara sus ideas.

Uno de los principales aportes de Connell es ampliar la definición de la masculinidad, al ubicarla al interior de un sistema de relaciones de género, y a la vez al considerar la triple dimensionalidad de las estructuras de género (relaciones de poder, relaciones de producción y cathexis) rompe con la idea de que el género es algo aparte del resto de los aspectos de la vida social. Con la idea de cathexis introduce en la teoría social el deseo sexual y la energía emocional, como también socialmente construida y sometida a prácticas de orden genérico. De esta manera, “Para entender el género, entonces, debemos ir constantemente más allá del propio género” (Connell, 1997:9). Así, el concepto de género se transforma en parte del entramado social y no es comprensible de manera aislada, de la misma manera en que el resto de los aspectos de la vida social tampoco pueden ser comprendidos sin considerar las relaciones

Otro aspecto que me parece fundamental de la perspectiva adoptada por Connell, es la que nos introduce el concepto de masculinidad hegemónica, pues abre la puerta al reconocimiento de múltiples masculinidades, y porque introduce en la reflexión no sólo las relaciones hombre-mujer, sino que también las relaciones de género que se dan entre hombres, entre diversas masculinidades. Las mujeres dejan de ser las únicas dominadas, mostrando que hay ciertas relaciones de dominación, subordinación y marginación entre grupos de hombres. Ahora bien, pese a la existencia de subordinación y marginación entre hombres, un sistema de género donde los hombres dominan a las mujeres transforma a los hombres en un grupo interesado en la conservación, pues ellos obtienen un dividendo del patriarcado en términos de honor, prestigio y derecho a mandar, y un dividendo material. y a las mujeres en las interesadas en el cambio de dicho sistema

Pero esta estructura de relaciones es dinámica, son producto y productoras de historia, por lo que pueden cambiar. Las personas pueden realizar opciones políticas para un nuevo mundo de relaciones de género, lo que a la vez es buscar justicia social en todos los otros ámbitos de la vida social.

jueves, 21 de octubre de 2010

"Sobre la categoría género. Una introducción teórico-metodológica", de Teresita de Barbieri


Por Gorgona

Teresita de Barbieri es una de las investigadoras más prestigiadas en temas de género que ha contribuido al trabajo que el feminismo emprende a favor de los derechos de las mujeres. Profesora e investigadora con una larga carrera en la UNAM. En su texto, Teresita de Barbieri nos lleva a través de un rápido recorrido por el movimiento feminista resurgido en la década de los 60. De manera que nos introduce en los debates, revisiones teóricas y teorías que se dieron en el ámbito académico de este movimiento. El nuevo feminismo, que surge en los países desarrollados en esta época, buscaba comprender y explicar la condición de subordinación de las mujeres.

Ante esta interrogante, el feminismo se encontró con la existencia de un vacío teórico e histórico. No había información que diera cuenta de la subordinación de la mujer al hombre. Como una primera hipótesis, las feministas postularon que la subordinación de la mujer era una cuestión de poder. Y ante esto, la primera actitud fue parricida y se llamó a construir una nueva teoría, revolucionaria y capaz de cambiar el orden existente en la sociedad hasta el momento. Un primer avance hacia esto, fue replantear la relación naturaleza y cultura, llegando a concluir que la variación de los comportamientos sociales no está determinada por la biología, sino que éstos corresponden a construcciones sociales.

Entre las primeras propuestas teóricas y conceptuales en autoras como Kate Millet se retoma el concepto de patriarcado de Max Weber, considerando la subordinación femenina como producto del orden patriarcal imperante en la sociedad. Este concepto se pone de moda, pero pronto será criticado pues se presentaba como un concepto vacío, el cual no resistió a los críticos del feminismo ni permitió dar cuenta realmente de los conflictos inmediatos a resolver en la práctica.

De manera paralela a esto surge una postura más empiricista en el ámbito académico: los Estudios de la Mujer, que luego pasarían a llamarse Estudios de las mujeres. La idea era, ante las carencias de información y reflexión, generar conocimientos sobre las condiciones de vida de las mujeres; rescatar los aportes de las mujeres a la sociedad y la cultura, sacarlas de la invisibilidad a la que se las había relegado en la historia, la creación y la vida cotidiana. Esta corriente no rompió con las construcciones teóricas y metodológicas de sus disciplinas, pero estos fueron sometidos a una constante crítica y revisión. Desde ese momento, se dieron dos posturas: una que centró el objeto de estudio en las mujeres. Y otro que se enfocaría en la sociedad como generadora de subordinación. Esta segunda postura, sostuvo que a) la subordinación de las mujeres es fruto de determinadas formas de organización y funcionamiento de las sociedades, y b) que no se avanzaría estudiando sólo a las mujeres, por lo que se requiere un análisis más amplio, en todos los niveles, ámbitos y tiempos de las relaciones mujer-hombre, mujer-mujer y hombre-hombre.

A partir de la segunda postura, surgiría el concepto de género el cual hace referencia al sexo socialmente construido. Este concepto daría cuenta del conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades construyen entorno a la diferencia sexual anatómicafisiológica y que otorgan sentido a los impulsos sexuales, la reproducción y las relaciones entre personas. Este concepto amplió el objeto de estudio, dejando abierta la posibilidad de existencia de distintas formas de relación entre mujeres y hombres, de distintas formas de construcción de lo femenino y lo masculino. Este concepto abre la búsqueda de sentido de los comportamientos de mujeres y hombres como seres socialmente sexuados, los cuales están bajo una serie de determinaciones sociales que van definiendo lo femenino y lo masculino.

Ante esta expansión conceptual, el debate no pararía allí, dándose múltiples desarrollos posteriores y el surgimiento de nuevos conceptos, lecturas y relecturas.

Barbieri finaliza su texto haciendo una revisión de los avances y limitaciones de los desarrollos que se han dado en los estudios de género y queda más que claro que aún queda un largo camino por recorrer.

Este artículo de Teresita de Barbieri nos da una apretada vista panorámica de los desarrollos, a partir de los 60’s, del movimiento feminista y sus debates, y de cómo este entró con fuerza en el ámbito académico en lo que serían los Estudios de la Mujer y, posteriormente, los Estudios de Género. A pesar de lo breve y extremadamente comprimido de su revisión – lo que quizá hace que peque de superficial-, permite tener una visión más o menos básica de cómo se fueron desarrollando dichos debates y revisiones teóricas, siguiendo una línea cronológica que aparece más o menos clara.

Ahora bien, es interesante destacar que consiste en una revisión crítica y no sólo nos resume los diversos desarrollos dados a partir de los 60’s, sino que la autora interviene críticamente, destacando vacíos, flaquezas y fortalezas en los diversos desarrollos empíricos, metodológicos, conceptuales y teóricos que vienen a intentar llenar el vacío que se las feministas diagnosticaron en las diversas disciplinas de las ciencias sociales. Para Barbieri, la fortaleza de la perspectiva de género es que ha posibilitado seguir diversas líneas de investigación y diversas opciones teórico-metodológicas, que han ampliado el espectro temático y de puntos de vista para acercarnos al fenómeno de lo masculino y lo femenino.

Para Barbieri desde los 60’s se formularon muchas preguntas, cada vez más claramente formuladas, pero que aún tienen respuestas imprecisas para las sociedades actuales. Barbieri destaca el desarrollo y el posicionamiento que han logrado tener los Estudios de Género. Sin duda ha habido un gran avance, pero queda mucho trabajo por hacer. Barbieri destaca, entre dichas áreas que en las que aún falta mucho desarrollo es el tema de lo masculino, hace falta generación de información desde lo masculino, desde los hombres, quienes aún han permanecido muy al margen del debate entorno al género y la sexualidad.

El texto de Barbieri, por tanto, nos habla del desarrollo del movimiento feminista y de los Estudios de Género, y a la vez nos permite posicionarnos respecto a los lineamientos en los que aún es necesario profundizar, afinar e, incluso, explorar a futuro.

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martes, 19 de octubre de 2010

Requiem

Por Esbirro de Arlequín

Es curioso mis queridos (e imaginarios) lectores... la muerte. No nos concentremos en la enfermedad (la cual es terrible) sino simplemente en el desenlace fatal. En la Edad Media se decía que en vida las desigualdades sociales se representaban (en especial en una sociedad estamentaria) pero que, sin embargo, ante la muerte todos somos iguales.

Nadie tiene la inmortalidad asegurada, nadie incluyendo a Dorian Grey. ¿Pero que sentir ante este suceso? Ya que estamos rellenos de emociones y sentimientos es lógico que la muerte nos produzca algo. Un primer distingo es la cercanía con la persona puesto que, seamos honestos, la muerte de tantos miles de millones de personas en las guerras mundiales son más bien consideradas cifras que personas muertas.

Hablo con conocimiento de causa, es un dolor muy grande la perdida de un ser amado (recuerdo que en mi casa rondaba un cassette blanco que se llamaba "ante la pérdida de un ser querido"). Sin embargo con el tiempo (ya que la muerte se produjo hace más de un decenio) me he dado cuenta que el duelo no es producido por el dolor de la pérdida sino por la pérdida misma... más que calificarlo como dolor prefiero la palabra nostalgia. La muerte de un ser querido, de un ser respetado, de un ser elogiado nos produce nostalgia por los momentos vividos... pero también por las conversaciones que no se compartirán o las instancias socialmente relevantes que no gozaran.

Así, ante estas reflexiones (y el stress de las entregas finales para la universidad) enfrentó la enfermedad pero principal el eventual (y certero) desenlace de mi abuelo. Abuelo con quien muy poco compartí pero a quien siempre quise. Aunque debo reconocer que en los últimos años conversábamos mucho porque mi tata estaba en esa etapa de la vejez en la cual rememoran sus aventuras de juventud, sus sueños y añoranzas, su historia y tradición. Me gusta escuchar a los viejitos porque siempre tienen una buena historia que contar, pero es aun más placentero escuchar a tus ancianos puesto que así se conoce las propias raíces.
Un preventivo requiem para mi abuelo...

*La imagen está inspirada en el cuento "The Masque of the Red Death" de Edgar Allan Poe.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Ilustración de Romina Ortega http://rominaortegamella.blogspot.com/

Sexo y Temperamento de Margaret Mead

Por Gorgona

Sexo y Temperamento es una de las obras más conocidas de la antropóloga Margaret Mead. En dicho texto la autora presenta estudio comparativo entre tres culturas distintas: arapesh, mundugumor y tchambuli. Estudio con el cual busca dar cuenta de cómo estas “sociedades primitivas” han agrupado sus actitudes sociales hacia el temperamento en relación con las diferencias entre los sexos. ¿Consiste el temperamento que se le atribuye a cada sexo algo natural? ¿O acaso corresponden a elaboraciones sociales ajenas a los hechos biológicos de cada sexo?

Para responder a estas interrogantes la autora nos muestra las realidades de estas culturas que nos llevan a cuestionarnos respecto la naturalización occidental del Hombre fuerte y dominante y a Mujer débil y sumisa. En el caso de los arapesh, tanto hombres como mujeres presentan un temperamento que a ojos de un occidental tildaríamos de femenino. Son pacíficos, cooperativos y cariñosos con los hijos. De manera contrastante, en el caso de los mundugumor, tanto hombres como mujeres presentan un temperamento “masculino” pues llegan a ser crueles, agresivos, positivamente sexuados y con un mínimo de ternura hacia los hijos. En el caso de los tchambuli, por su parte, nos encontramos con lo inverso a nuestra cultura, en la medida en que las mujeres son dominates e impersonales y las que dirigen, y los hombres son menos responsables y se encuentran subordinados a la mujer. ¿Es posible que estos contrastes radiquen en elementos innatos y biológicos? ¿En dónde radican estas diferencias tan profundas entre una cultura y otra?

El material expuesto por Mead sugiere que muchos de los rasgos de la personalidad definidos para lo femenino y masculino se hallan débilmente asociados al sexo, de la misma forma que la vestimenta, el peinado, etc. Para Mead, los temperamentos propios a cada cultura y a cada sexo se dan según los distintos tipos de condicionamiento social, los cuales actúan moldeando las cualidades innatas de cada individuo, definiendo qué conductas son deseables y cuáles no. De esta forma, los individuos de cada cultura despliegan las personalidades de la cultura en la que nacieron y se educaron.

A la vez podemos apreciar en el material expuesto que no todas las culturas establecen una diferencia de temperamento entre hombres y mujeres, ni todas colocan a un sexo jerárquicamente por sobre el otro. Como podemos ver, en las primeras dos culturas – arapesh y mundugumor - , el temperamento no es algo asociado al sexo, sino que a estas sociedades en general. De manera que quienes no encajan en dicho temperamento no ven cuestionada su sexualidad, sino que sólo son vistos como inadaptados sólo en el aspecto conductual. En cambio, en el caso de los tchambuli, el hecho de que haya temperamentos femeninos y masculinos, al igual que en nuestra sociedad occidental, hace que sus inadaptados no sólo no se ajusten a las conductas esperadas, sino que son visto como invertidos, como hombres afeminados o mujeres amachadas. De manera que al inadaptado se le cuestiona su sexualidad por no sentirse identificado con el temperamento definido como el correspondiente a su sexo. Para Mead, esto implica una serie de dificultades para los individuos y para la sociedad en general. Pues por un lado los inadaptados tienen problemas para integrarse a la sociedad, y por otro, generan confusión entre los que sí encajan en el temperamento de su sexo.

Finalmente, tras haber demostrado que determinado temperamento no es algo intrínsicamente propio de un sexo, Mead trata de hallar una solución a las contradicciones a las que dan lugar las sociedades con distinciones de temperamento según sexo. Y ella señala que ésta parece hallarse en reconocer que bajo las clasificaciones superficiales de sexo y raza existen las mismas potencialidades.

Mead ha sido históricamente muy criticada desde la academia. Y claramente su obra tiene varios puntos cuestionables. Principalmente destacaría el hecho de que generaliza bastante para poder encontrar el temperamento propio de una cultura, de manera que se pierden las individualidades, pues quienes son distintos a ese temperamento, son ubicados por Mead en la esfera de los inadaptados, sin ningún rol mayor en la sociedad. De manera que la identificación de ese temperamento propio de x cultura me parece algo forzado. Por otro lado, y algo que me parece tan sólo un detalle, también es criticable el hecho de que aunque ella trata de no ser etnocéntrica, de igual manera habla de las sociedades distintas como “sociedades primitivas”.

Pero sin duda, a pesar de las objeciones que podamos hacer de la obra de Mead, me parece que hace un aporte importantísimo. El texto de Mead nos muestra claramente evidencia para poder afirmar que los temperamentos femeninos y masculinos no son más que construcciones sociales que están enmarcadas social e históricamente. Lo cual me parece un paso enorme, no sólo para las ciencias sociales, sino que para nuestra sociedad.

A pesar de que Mead dice expresamente de que su libro no apunta a la reivindicación de la mujer, da muchos argumentos para ello, pues hace grandes avances al establecer que lo femenino y lo masculino es en gran parte una construcción social entorno a las diferencias de sexo, y no algo intrínseco al ser mujer o ser hombre. Esto abre pie a la posibilidad de cambiar la posición de la mujer en la sociedad. Pero a su vez, les abre espacio en la sociedad a un amplio grupo de personas que se enfrentaban a la contradicción entre su temperamento y lo que se le exige a su sexo, y todas las consecuencias que para el bienestar psicosocial de dichos individuos implicaba en una sociedad como la nuestra. Abre espacio para la diversidad.



jueves, 30 de septiembre de 2010

Andai puro maraquiando!!


Por Gorgona

Después de mucho tiempo sin escribir, y después de un par de notas amargas sin mucho éxito en este espacio, quisiera continuar con este tema... El que Esbirro de Arlequín ilustró muy bien con la analogía de la llave y el cerrojo.

Pues bien, si he de identificarme con dicha analogía - aunque no creo en ella-, creo que soy un mal cerrojo. Después de varios meses de inapetencia absoluta, me he pasado al otro extremo, y aprovechando mi buena racha, lo he pasado muy bien. 1313 jaja Como diría el personaje de Pato Pimienta "andaai puro maraquiaaando!".

Igual es interesante el proceso autorreflexivo que esto ha generado en mí, permitiéndome romper con muchas trancas e inseguridades. Después tantos años de monogamia me sentía la wna más inexperta de la vida (pueden creerlo?), pero en este último mes he podido comprobar que parece que no es tan así y que de algo sirvieron todos esos años jaja Es interesante el reencuentro que he tenido con mi cuerpo y como me he permitido superar mi timidez. Ha sido un proceso interesante y entretenido.

Y bueno, sobre la analogía del cerrojo. De partida, este se basa en la idea machista de que la mujer debe ser conquistada, en la noción de una mujer pasiva, que recibe al macho y su falo. Si quisiéramos la analogía podría darse vuelta y pensar "la llave" más bien como un cotonito o un chupete o qué se yo. Algo que entrara en una cavidad y que no quisiéramos compartir usado. Pero no estoy de acuerdo con ninguna de ambas posturas. Creo firmemente en que son analogías para ser botada a la basura, en pos de una valoración más equitativa y recíproca de las relaciones amorosas y sexuales, donde ambos tengan una participación activa (o pasiva si la desean) en la conquista. Como dice la canción "Tú me das y yo te doy" jaja (8)

He dicho, mientras yo sigo con mis andanzas, y quizá uno de estos días les cuente una anécdota chistosa.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Llave y cerrojo

Por: Esbirro de Arlequín

Estuve de cumpleaños hace poquito. En mi tecito de cumpleaños una amiga cuanta un chiste, previniendo de su machismos. Escribo esto en honor a mi amiga y por ser un chiste explicativo de un fenómeno que ha sido tratado previamente en este blog. El cuento es el siguiente: ¿Saben porqué un hombre que se acuesta con muchas mujeres es un ganador, un zorrón, un 'winner'; y la mujer que se acuesta con muchos hombres es una perdida, una casquivana, una mujerzuela? Pues esto se explica con la analogía de la llave y el cerrojo. Una llave que abre varios cerrojos es una llave maestra pero el cerrojo que se abre con varias llaves... es una mierda de cerrojo.

Sé que es debatible la analogía... pero me reí un montón con el chiste. Tal vez ustedes no se rían... pero no es problema del chiste sino de mi falta de habilidad narrativa/humorística.

Solo quería compartir esto con ustedes...

jueves, 29 de julio de 2010

Acercamiento al nihilismo (?)

Por: Esbirro de Arlequín

Acabo de leer “Antes del Fin” de Ernesto Sábato (libro cuya tenencia tenía hace ya dos o más años y que por fin puedo devolver a su dueño). Al terminar sus páginas tengo un saborcito en la boca a la vez una especie de realismo confundido en cierto punto con pesimismo, con una esperanza ciega casi inútil. Rescato la paradoja de los tiempos modernos: la deshumanización de la humanidad.

El semestre pasado curse un electivo sobre el nacimiento del Estado nación, es decir, la historia de Europa (porque, ironizo, el resto del mundo no existe) desde la revolución francesa 1789 hasta la segunda guerra mundial. En el siglo XIX existía una euforia (tal vez histeria) por la idea de progreso. La revolución industrial, la tecnología, las nuevas comodidades, el capitalismo, el individualismo, el racionalismo, los avances científicos y el futuro prospero e infinito. ¿Cómo termina este sueño, hecho del cual somos herederos? Con guerras atroces en las cuales no importaba la cantidad de soldados puestos en las fronteras atrincheradas puesto que se consideraban estadísticamente como cifras olvidando que aquellas vidas fueron hijos, padres, esposos o simplemente seres humanos (que siempre habría alguien que llorase su muerte).

Esta es la mentalidad que continua hasta nuestros días. El individualismo nos consume y el consumismo es individual, lo queremos todo y no queremos compartir nada. Todos somos pecadores de la deshumanización puesto que ya nada es sagrado, como dice Sábato, ni religión ni valores. En nada creemos (o en nada más queremos creer) y la ciencia nos racionaliza pero no satisface la espiritualidad que cada ser debe buscar. En nuestros días el mercantilismo de antaño, el comportarse como dragón, el dinero y el falso éxito son los objetivos que la sociedad nos impone. Estos objetivos no me satisfacen.

Pero tal vez la deshumanización no deba llamarse como tal puesto que este comportamiento egoísta es propio del ser humano y la virtud es una excepción.

PS: En el epilogo del libro Sábato, ante la cruda realidad de nuestros días, nos invita a un comportamiento anarco-cristiano. Notable (no me pregunten en que consiste…).

jueves, 22 de julio de 2010

La extensión horaria de los jardines infantiles y ser madre en Chile

Por Gorgona

Hace mucho que no escribo nada, la u se había comido mi vida. Ahora que me la devolvió, escribiré sobre un tema que ha estado en la prensa esta semana: la extensión horaria de los jardines de la Junji.

El debate surgido en torno a la extensión horaria de los jardines infantiles de la Junji, más allá de las declaraciones polémicas - y pelolais- de la vicepresidenta de dicha institución Ximena Ossandón, pone de relieve otro debate que me parece mucho más profundo, y es el rol de la mujer como madre, y las condiciones en que éste se desempeña; y cómo se está pensando la familia (que yo más bien denominaría en plural).

En Latinoamérica nos encontramos frente a una situación donde la familia nuclear tradicional no es precisamente lo normal (en términos estadísticos). La división sexual de los roles al interior de la familia no es precisamente la imagen clásica del hombre que trabaja fuera de casa y es proveedor de la familia, y la mujer permanece en casa cuidando y criando de sus hijos y de las labores hogareñas. Por el contrario, nos encontramos en una situación donde la mujer no sólo cumple el rol de "dueña de casa", sino que también de proveedora, ya sea porque es madre soltera o separada, o porque se ha integrado al mundo laboral por necesidad o por vocación (o por todas las anteriores), esté el hombre ausente o no. En ese sentido, la extensión horaria de los jardines infantiles aparece como una necesidad para que la mujer pueda integrarse al mundo laboral.

A diferencia de los dichos de la vicepresidenta de la Junji, no creo que las mujeres necesiten que sus hijos estén más tiempo en el jardín para "irse a tomar, ir a la playa o a tomar un café con una amiga" - idea que por lo demás me parece caricaturezca, moralista y machista-. Por el contrario, y considerando el público objetivo de los jardines de la Junji, lo más probable es que sean mujeres que necesitan trabajar más horas o postular a trabajos con jornadas más prolongadas, por el mantenimiento y bienestar de su familia, que como señalamos más arriba a veces recae exclusivamente en ellas. Me ha tocado entrevistar a mujeres que no pueden trabajar debido a los horarios de los trabajos y la imposibilidad de compatibilizarlos con los horarios en que debe estar con sus hijos, aún cuando ellas quieren y necesitan trabajar.

En ese sentido, la extensión horaria de los jardines sería un aporte para el desempeño y desarrollo laboral de las mujeres, pero no sólo para la mujer, sino que para la familia en su conjunto. Discrepo de la idea de que los jardines infantiles sean considerados un aporte a la mujer exclusivamente, pues se reproduce en el discurso la idea de que la mujer es la única responsable del cuidado y crianza de los hijos. Lo mismo ha sucedido con las PP.PP en torno a sexualidad y reproducción, que orientan la anticoncepción y la planificación familiar especialmente hacia a la mujer - haciendo una breve alusión a la vasectomía como participación masculina en el asunto-. Creo que no debe ser pensado así, siendo necesario incluir bajo esta responsabilidad también a los hombres, por mucho que en los hechos muchas veces estos hombres estén ausentes. No me parece correcto dirigir esos discursos hacia la madre exclusivamente, como tampoco me parece que deban manejarse las PP.PP con una noción de lo que es la familia y las prácticas asociadas a ella tan simplistas e ideales. No se trata tanto de madres que necesitan poner a sus hijos en jardines infantiles, como sí se trata de diversas formas de familia y cómo estás organizan su tiempo y mantenimiento, entre las cuales tampoco podemos descartar familias uniparentales masculinas u otro tipo de familia como las homoparentales - que se enfrentan a problemáticas que son consecuencia de la idea de la mujer como principal responsable de los hijos, como,por ejemplo, que sólo las empleadas mujeres pueden usar las guarderías y jardines de las empresas y no los hombres-.

En fin, creo que en todo este asunto, y que se aplica al caso particular de la Junji, falta mayor conocimiento de la realidad social de las familias en Chile por un lado, y por otro, le falta poner real ojo en quienes son su público objetivo, y no sólo pensarlo en relación a las mujeres, sino que pensarlo en relación a las diversas familias que requieren de los servicios de la Junji, y no sólo en las que acceden actualmente, sino que en todas aquellas que no acceden por la restricción horaria que implican hoy. Me parece que aún hay mucho que avanzar en cómo se piensan las familias y la división de los roles a su interior.

miércoles, 14 de julio de 2010

¿Puedo ser egoísta?


Por Esbirro de Arlequín
A modo introductorio debo confesar que detesto tomar decisiones difícil porque tiendo a intentar dejar a todos contentos. Entonces, ¿puedo ser egoísta? En teoría, creo que las decisiones deben basarse en los intereses personales y las metas que tengamos en nuestros proyectos de vida, por lo tanto, la respuesta sería afirmativa. Pero en la práctica, para mi, es sumamente difícil tomar decisiones que sirvan a mis propósitos de Arlequín porque en mi mente confabulan millares de ecuaciones en las cuales las variantes se encuentran tanto familiares, como amigos, amores, estudios, trabajos, ocio and so on.
¿Puedo ser egoísta? De poder... todo se puede. Creo que la pregunta sería ¿se me permite ser egoísta? A reglón seguido ¿quién debe autorizarme para serlo? Puede que estas preguntas surjan de unas situaciones recientes en mi vida que he tenido que dirimir. A modo de ejemplo, donde vivir en la época de estudiante ¿me quedo en la ciudad donde me crié y donde vive mi familia, o me arriesgo a la vida en la gran ciudad donde todo es ajeno a lo acostumbrado?
Esgrimo siempre que el egoísmo es bueno (siempre en cierto grado puesto como dicen los veteranos los extremos no son buenos) pero no aplico mi filosofía en mi vida. Así de simple. Por supuesto que estas palabras tienen fines terapéuticos, como mis anteriores entradas.
Por favor, comenten.

Isabel o no Isabel?


Por: Melisa Blanc.-


Se acerca el premio nacional de literatura (y lo pongo en minúsculas, sin el respeto que debiera, porque creo que desde hoy en la mañana eso ya no me importa demasiado). Y con él, una nueva discusión acerca de muchas cosas, pero que lamentablemente pareciera abarcar muy pocas.

Otra vez nos encontramos con la postulación de Isabel Allende, y los alegatos parecieran ser los mismos, lo dijo ella a El Mercurio hace unos días, tuvo que pelear codo a codo con un montón de hombres por ser éste un país machista. Estoy totalmente de acuerdo. LUN dijo que no le daban el premio por ser mujer, y eso sería lo más discutible en todo esto. Ella siente que hay que cambiar a quienes deciden por este premio. También estoy de acuerdo, así acabaríamos con ciertas "mañas". Ella debería ganar el premio por sus log.... No, en eso sí que no estoy de acuerdo.

Y es que siento, y si lo pongo aquí es porque me gustaría mucho saber si estoy en un gran error o acabo de descubrir un complot, que esta discusión sobre los cimientos machistas en los que no le darían el premio a Isabel Allende por ser mujer, en realidad estaría ocultando una verdad mucho más discutible (o discutible en un mejor terreno): que no le den el premio a Isabel Allende... porque es Isabel Allende.

Cuando traté de explicar esto, me puse en el peor de los escenarios: lo consulté con mi papá, que es un muro infranqueable a la hora de proteger los derechos de quienes amansan grandes fortunas. Entonces le expliqué mi punto de vista. Le dije que tal vez si no le daban el premio no era por ser mujer, sino porque no concordaba con el estándar de calidad que ellos buscaban. Y mi papá me acusó, casi con el dedo, de ser "antichilena", por hacer un paralelo entre Allende y Barbara Wood.... a qué viene eso? algún día lo entenderé.

Mi punto va en lo siguiente: no quiero desmerecer a Isabel Allende, reconozco que ha logrado muchas cosas en otros países, y que dentro de todo es importante. Pero hasta Marcela Paz es importante, Marcela Serrano también es importante, y así muchas más (o tal vez ni tantas). Mi papá salió con la tontera esa de que ella retrata una realidad histórica que ninguna otra mujer ha retratado, pero a mí no me consta eso. Tampoco creo que La casa de los Espíritus sea un gran libro. Es un libro que todos en el colegio tuvimos que leer... Papelucho también, y lo tengo mucho más incorporado que la casa de los espíritus.

No soy anti Isabel Allende, simplemente no me gusta. Es claro, es MI opinión contra la de las cifras millonarias que consigue la propia Allende en otros lados, y me parece muy bien que así lo haga... si le dan el premio nacional de literatura, espero que sea por su mérito y no porque ha movido a un par de figurillas parlamentarias que nisiquiera aportan promoviendo una disminución o remoción de los impuestos a los libros. Tampoco espero que le "nieguen" el famoso premio por ser mujer. Mi papi, a quien yo amo mucho, pero que en estos casos se convierte en un saco de alpiste, dice que es una picantería no darle el premio a alguien que ha llegado tan lejos y que ha conseguido una película con tan buen elenco. Yo creo que The Last Tycoon o The Rocky Horror Picture Show tienen buenos elencos, pero que él no las vería jamás (la primera porque tiene un terremoto, y la segunda porque tiene un travesti), y también creo que es una picantería que ella pelee por ese premio si no lo necesita. Preferiría que se lo dieran a un artista en claro auge, a alguien con nuevas ideas y que trate de nuevas temáticas. Alguien que globalice más nuestra cultura, dejando de lado el pasado que para muchos de nosotros ya está demasiado atrás, y sin embargo aún nos toma los talones. Y si esa nueva promesa es mujer... me sentiría muy contenta.

martes, 6 de julio de 2010

Manualidades y yo: el punto cruz


Por Esbirro de Arlequín

Bueno, hace mucho que no escribo por falta de tiempo y falta de tema. Hoy he decidido plasmas unos pensamientos en este medio electrónico para liberar espacio para el estudio (y rendir bellos exámenes). Pensando en qué escribir, inspirado por la estructura utilizada por Melisa Blanc, deseo escribir sobre el lado artesano que cada una lleva dentro de si: el de artesana.

Esta en nuestros genes señoras. Lo cual es algo maravilloso puesto que es como andar en bicicleta (una vez que lo aprendes nunca lo olvidas). Años después que tu madre/abuela te sentara en el living a enseñarte un domingo lluvioso como utilizar las agujas, te encuentras bordando la cara de un perro en un cuadro de 30x30.

Lo que me gusta de bordar punto cruz (aparte que son como tiernos los patrones existentes) es lo metódico del trabajo: bordar cuadro por cuadro para que finalmente aparezca una figura que parece el ojo de lo que algún día podría llegar a ser un perro con su lengua afuera. Lo otro que me gusta es el bastidor por como suena la palabra y porque es un símbolo de la mujer cortesana (nos guste o no)... es como romántico en el sentido de Orgullo&Prejuicio y no en el sentido de Luis Jara. También, me encanta esta labor para relajarme y liberar tensiones (mi deporte favorito sin mayores esfuerzos físicos).

Qué más sobre el tema: inténtelo! Sé que muchas tienen aprehensiones al respecto de las manualidades y con suerte saben surcir un calcetín pero, de veras, no es difícil y se pueden lograr muchas cosas (creo que es la labor a prueba de tontos).

Gracias.

domingo, 20 de junio de 2010

El cine y yo (Apartado TV): Las Teleseries.-


Por: Melisa Blanc.-


Ok. Creo que hay que ser francos. TODOS vemos tele. Ya, dejen de esconderse, asuman su realidad, y descubran que no es nada grave. Está en todas partes y técnicamente no sirve para muchas cosas. Es ruidosa, radioactiva y posiblemente alguna universidad ociosa de California demuestre que produce cáncer. Pero la amamos.

Cada mañana despertamos con ella (nadie se acuerda de ver el TVN en la mañana mientras daban videos musicales antes del ir al colegio?), nos dice la hora, nos cuenta sobre la vida de otras personas, y nos ofrece una amplia gama de maneras de ser idiotas. Nos permite dejar de pensar y sobretodo, tiende a entretener.

Pese a que veo más películas que programas, yo amo la tele, pero de ella qué es lo que me gusta más? Serán los comerciales de MTV? Será la franja electoral? Será cuando el lector de noticias se equivoca en leer una palabra? Será cuando están reportando y la gente que va caminando detrás del reportero se cae o se queda mirando? Será que me gusta el segmento del tiempo? No, damas y caballos, es mucho más fácil que eso: son las teleseries (Y en este punto todos hacen un silencio respetuoso).

"Son para minas" Cómo odio ese comentario! Tendré pajarito acaso?? pero en fin... hoy quiero referirme a estas joyas del cerebro humano, que comenzaron como típicos segmentos de dramatización en los que había que hacer parecer reales los conflictos.... hasta hoy.

Son las ocho y media, y durante gran parte del día he estado viendo cómo el koreano de mi teleserie busca a su padre y se enamora de la mina del tipo que no sabe que es su hermano, lo atropellan y 10 años después aparece como otra persona, porque ha perdido la memoria, cuando ella lo ve y está a punto de casarse con otro, lo deja y vuelven a estar juntos... y luego no los dejan casarse porque creen que son hermanos... sin embargo mientras tratan de averiguar eso, el antes desmemoriado empieza a quedarse ciego.... Y yo me la he sufrido TODA!

Miren, si la gente comenzó a hacerlas para mujeres, fue porque a las mujeres nos gusta esta cosa de ver cómo Luis Mario lucha por convencerse de que debe casarse con su ex novia porque sorpresivamente quedó embarazada justo en el momento en que él le dijo que la dejaría para quedarse con María Angélica, la pobre chica del mercado, que en realidad es la única heredera de la empresa hotelera para la que trabaja. En serio, seamos honestas, son maravillosas.

Pero la sociedad cambia, y a la gente le gusta verse más intelectual... entonces en lugar de teleseries, se inventaron las series.

Las hay para todos los gustos. Las más convencionales las ven en un sólo canal toda la vida (como mi abuela, que hace el mismo zapping al menos desde hace 23 años, entre el 13 a la hora de almuerzo, y TVN el resto del día).

Por otro lado están las mujeres que ven la teleserie de moda (más o menos en la etapa escolar, cuando no tienes mucho más qué hacer).

Luego viene la gente ocupada que ve las nocturnas (con temáticas que abarcan los intereses de gente ocupada durante el día... en teoría, claro, y como son más los ocupados, las teleseries nocturas son las más polémicas).

Está la gente que llora con las teleseries, que las toma en serio, que las hace parte de su vida. Esos que se pusieron de nick en msn que se había muerto Elisa.

Después aparece ese segmento que no ve teleseries... pero ve series (que partieron siendo teleseries para hombres, así como la lucha libre, pero ahora se tratan de cualquier cosa). Asuman su realidad, las series tienden a ser culebrones csi-fi... pero culebrones al fin y al cabo.

También estamos nosotros, los bicharracos, que vemos teleseries extranjeras... que nos alimentamos del youtube o el megaupload y que podemos comentarlas con muy pocas personas más. Existe la ñoñería incluso en las teleseries....

Y finalmente, no hay que dejar de admitir que la tele nos educa. Las teleseries nos enseñan un montón de cosas, que van desde los embarazos falsos, a los tumores cerebrales falsos, los resfríos falsos y los certificados de defunción falsos. Nos advierten sobre los vaivenes de la vida, sobre las traiciones y que las mujeres con sensuales desplantes o son muy malvadas, o están llevando a cabo una venganza esperada por años. Tambien aprendemos a valorar la salud, principalmente porque cualquier cosa puede dejarte ciego, y si eres muy feliz, es porque muy pronto irás al médico y te dirá que te quedan 3 días de vida.

martes, 15 de junio de 2010

Sobre maracas, cabronas y concubinas.

Por Gorgona (desaparecida en acción)

La construcción hegemónica de la femineidad ha tendido siempre ha ligar a lo femenino a una polaridad que se podría representar a través de las figuras bíblicas de la Virgen y María Magdalena (la puta), siendo el ideal de femineidad ligado a la virginidad, pureza... en fin, a una especie de áurea de asexualidad; mientras que todo lo ligado a la sexualidad femenina, sino se reduce a la reproducción, cae en el lado oscuro de la fuerza bajo el apelativo de "puta", o más bien "maraca". Al menos ha sido así en términos tradicionales.

Es así como nos encontramos en el impactante contraste de que mientras un hombre es considerado bkn, cabrón, macho, exitoso, galán, etc, cuando logra liarse a varias parejas o tener relaciones casuales; una mujer con una conducta similar es tildada de "maraca"; cuando en el fondo pareciera no existir una diferencia sustancial entre ambos comportamientos. Hasta las mismas mujeres tildan a sus congéneres de maracas cuando las ven en dichas andanzas... por qué? Bueno, básicamente por dicha construcción de la femineidad que tenemos cuya raíz podría encontrarse en la tradición judeocristiana y, con mayor énfasis, en la satanización de lo femenino durante la edad media, donde la mujer ya no sólo era virgen y madre (?) o puta, sino que también bruja. Y al igual que una bruja y una adúltera, la mujer que vive su sexualidad de manera distinta es señalada con el dedo para tildarla de maraca, mientras en el caso del hombre simplemente no es tema, es normal.

Ahora bien, tras la introducción de la píldora anticonceptiva, se vivieron una serie de procesos que llevaron a una "liberación sexual" de la mujer, y la noción de la mujer pura y asexuada se fue diluyendo. Hoy no es raro que las mujeres tengan relaciones casuales, que se coman a alguien en un carrete, etc. Ahora la pregunta que me nace en este contexto, se trata esto realmente de una liberación sexual? Hace un tiempo leía un artículo sobre una investigación realizada sobre el "ponceo" en adolescentes pokemones (sí hay cientistas sociales que investigan sobre los pokemones) y la autora daba cuenta que a pesar de que las mujeres tuvieran la "libertad" de "comerse" a varias personas en una misma noche, en el fondo no se trataría de una liberación femenina ni sexual de las niñas, quienes en el fondo no estarían más conectadas a su derecho al placer y a vivir una sexualidad plena, sino que en el fondo estarían pendientes de responder a los deseos y expectativas de los hombres. Es decir, no buscan el placer recíproco que podría obtenerse en una relación simétrica, sino que complacer de manera bastante unidireccional, siendo esta actitud de "complacer" al otro lo que reafirmaría su "autoestima" y las harían sentirse "más mujer". Manteniéndose la relación asimétrica hombre-mujer.

De qué se trata entonces? Utilizaré dos categorías que ya han ido saliendo en las distintas notas de este blog: cabrona y concubina. Lamentablemente, como yo lo veo es que en realidad no se ha dado un paso hacia la liberación femenina, sino que se ha reafirmado la figura de la mujer como objeto sexual - y hago énfasis en la palabra objeto - y se ha mantenido la mujer como concubina, en el sentido de complacer al hombre (o la pareja) y que todas sus acciones están ligadas a dicho objetivo, constituyéndose una autoestima y una femineidad ligada a la valoración que la pareja haga de ti.

Lo que me parece bastante peculiar, es que a pesar de ser "bastante aceptado", aún se mantiene la idea de que las mujeres que se agarran a varios minos, son "maracas". Para dar un ejemplo, hace poco menos de un año, estaba con mi (ex)pololo y sus amigos carreteando en la u de él, y ellos empezaron a hablar de dos amigas de ellos - ojo, que eran amigas - y a ambas las tildaron de maracas. Recuerdo que yo me enojé con mi pololo de ese entonces, porque no entendía cómo podían tildar a sus propias amigas de maracas. Pero luego, a través de otras anécdotas sobre las chiquillas en cuestión, y poniéndolo en perspectiva, llegué a una conclusión que puede dar luces respecto a esto y a diferenciar entre una mujer empoderada de su sexualidad y una simple concubina.

En el caso que pongo como ejemplo, resultaba que esas chicas eran de las que "se le tiraban" a los hombres (literalmente), eran de las que posaban con sus amigos y desconocidos en poses sexonas, y utilizaban técnicas de seducción bastante burdas y explícitas - piensen en alguna de las minas de la farándula o de yingo - y que se curaban raja quedando poco menos a disposición de lo que cualquier tipo quisiera hacer con ellas (bastante patético, a todo esto). Eso, es a mi parecer, una maraca: una concubina; y no pasa tanto por el hecho de agarrarse pocos o hart@s min@s, sino que cómo se establecen esas relaciones casuales, cuál es la motivación y cuáles son los términos en que se establecen. En este caso, es de una clara asimetría.

Una cabrona, por otro lado, se agarre o no a varias personas, tenga relaciones casuales, etc; tiene una actitud distinta y se relaciona con sus posibles parejas casuales (o serias) en términos de igualdad y reciprocidad. Tú me das y yo te doy (lo que sea que andes buscando si es sólo sexo o amor). Y a diferencia de las "maracas" utiliza técnicas de seducción bastante sutiles, que no caen el "erotismo" burdo de chupar un chupete con care'caliente, como ofreciéndose "aquí estoy lista, ven a darme" - perdonen mi lenguaje, pero ya saben que yo no soy pa'na dama -. Sino que implica una seducción mucho más activa, y ciertamente, al menos desde mi parecer, con mucho más orgullo y autorespeto. Una mujer empoderada sexualmente es en el fondo una mujer que sabe que tiene derecho al placer y que se constituye como sujeto con una dimensión sexual, que se plantea en términos de igualdad con su compañer@, y que es activa en la seducción, conquista y en la misma relación sexual y amorosa. No es ni se presenta a sí misma como una vagina con patas.

Esa es mi humilde opinión




PS: Espero que no les moleste el cambio de look del blog :S

viernes, 11 de junio de 2010

El cine y yo (Segunda Parte): "Simplemente no te quiere".-


Por: Melisa Blanc.-


No soy de películas románticas. Son demasiado irreales y generalmente redundan en cosas estúpidas (ya saben... ella lo llama y él no contesta porque está en el auto camino hacia su casa para decirle que la ama, pero la encuentra muerta porque no contestó el teléfono, jajaja). Sin embargo siempre significan pasar más tiempo con mi mamá, así que tiendo a hacer caso omiso a los corazones y comienzo a jugar con la trama (hasta que me aburro).

Hace un tiempo -harto tiempo -encontré una película que tenía el alentador título de "simplemente no te quiere". Era una de esas producciones que cada cierto tiempo un puñado de actores famosos -y Jennifer Aniston -hacen con el mismo formato en la tapa. Sentada -más bien echada -y predispuesta a encontrarme con la misma comedia de situaciones me encontré con dos cosas interesantes:

1.- El protagonista aparece en Dodgeball.

2.- Una reflexión de lo más interesante:


"Una chica jamás olvidará al primer chico que le gusta. Aunque las cosas no acaben bien. Pero normalmente alguien te ofrece algunas palabras sabias...

- Querida... sabes por qué ese niño te empujó? porque le gustas.

Y helo ahí. El principio de nuestro problema. Sabes que significa todo esto? A todas nos alientan... no, nos programan a creer que si alguien actúa como un idiota... es porque le gustas."

- "Ése es el problema, le gustas demasiado... eres demasiado bonita e increíble... sí, no puede soportarlo." (No les suena familiar?).-

- "Obviamente le gustaste a ese chico... seguro perdió tu teléfono..." (Y ahora?).

- "No te invita a salir, porque le intimida tu éxito profesional..." (jajajaja y ahora??).

- "No te ha invitado a salir, porque le da miedo tu madurez emocional." (ouch!)

- "Créeme, es porque acaba de salir de una relación seria" (Jjaajjaja).

- "Créeme, es porque nunca ha tenido una relación seria".

"Por qué nos decimos cosas así? Será porque quizá tenemos miedo... y es demasiado duro decir la verdad... que tenemos enfrente de las narices??"


La película CLARAMENTE no es para el Oscar (aunque le den el Oscar a Avatar... lo cual te haga pensar que cualquiera puede tener un Oscar), pero es entretenida. Para la gente que le gusta reírse de sí misma y del resto de su género. Y lo mejor... si un día no tienes ganas de pensar.


miércoles, 2 de junio de 2010

El cine y yo (primera parte): Chicas malas.

Por: Melisa Blanc.-

Sé que no me habían echado de menos, pero aquí estoy para llenar sus retinas de temas irrelevantes jijiji.

Esto surge porque me gustan mucho las películas. Ver películas, buscarlas, pasarme películas y comentarlas con mis amigos, y en algún momento hacer de crítica (pero no será hoy). Para esta ocasión les quiero hablar sobre un rol femenino muy particular en la historia del cine: las chicas malas.

Qué chicas malas conocemos? Qué tienen que las hace malas? Le hacen daño al protagonista, quieren destruir el mundo, pero... algo más?Por qué el hombre malo queda en nuestra retina y no la tipa malvada con poca ropa? Repasemos un poco y llegaremos a mi punto. A la más malosa de todas.

[Mi comentario desde aquí está basado en un par de rankings que encontré por ahí en la internerd, pero los usaré de referencia.]


1.- Harleen Queen, Cat Woman, Poison Ivy.... las villanas de Batman. No me convencen (lo siento por los fanáticos, a mi también me gusta batman). Son inconsistentes, meros adornos, no pueden hacer nada solas. Ni siquiera se avivan para juntarse entre ellas en algo que no derive en soft porn. (Ya sé que la payasa aún no sale en película, pero no queda mucho para que salga).


2.- Elle Driver (Kill Bill): Es perversa, violenta, vengativa, sin compasión... pero es una perra celosa, nada más. No tiene la elegancia del villano. Bill la llama y ella no mata a la novia. Y listo, así nomás. No, tampoco es lo que busco. Lo de Elle Driver es... celos profesionales (mal que mal, ellas trabajan matando gente, o no?).


3.- Annie Wilkes (Misery): No, no era tan mala. Era una grupie. jajajaja Así como hay gente que quiere violarse a Miguel Bosé... ella quería tener a su escritor favorito para siempre...


4.- La madrastra de blancanieves (la de la película de Sam Neil): No fue su culpa, la culpa la tenía el espejo, yo vi cuando el espejo le dijo "todo es culpa de la pendeja.... mátala porque por su culpa se murió tu hijo y te extirparon el útero...". Así que ella tampoco es que fuera mala... Estaba súper loca.


5.- Mystique (X-men): Tenía dramas, como todos los mutantes, y en ese mundo todos están medios tocados por ser la minoría discriminada.

6.- Azami Yamazaki (Audition): Esto lo voy a decir muchas veces. No era mala, estaba loca. No es lo que busco, pero se acerca mucho. Ella es mala porque tiene una motivación de género. No le gusta ser el género débil. Se acerca, pero no (Con el cine oriental de momento no me voy a meter, porque ahí sí que no termino nunca).

7.- Y finalmente... la encuentro. La única mala realmente mala, "mala de adentro" como dice la señora en su casa. Y saben donde la encuentro? En una película de 1946, basada en un cuento de Ernest Hemingway. Interpretada por la MARAVILLOSA Ava Gardner, Kitty Collins es la verdadera mala, la que no tiene nada que envidiarle a un hombre, la que trabaja sola, la que no hace el trabajo sucio para que después el chulo la deje botada y ella, arrepentida -y con poca ropa -se una al protagonista y todo termine en un final explosivo (no, no es la mala de Hércules). Kitty Collins se caga al protagonista, lo deja botado y cuando lo vuelve a ver, le pone cara de gato con botas y se lo caga de nuevo, uno la ve aliada con el malo, pero en el fondo sabes que se lo va a cagar. Y de hecho se lo caga también. Hace que los hombres caigan por calientes y se lleva su plata sin pena.





Idola. The Real chuchesumadre.

Vida en pareja

Por: Esbirro de Arlequín

Iba es escribir sobre los amigos con ventaja y su utilidad… pero he estado estos últimos días pensando mucho en otro tema: la soledad. Escribo esta entrada con un espíritu de autoayuda.

Una anécdota previa: tengo una amiga a la cual siempre le he regañado el hecho que no sabe estar sola, que siempre requiere estar emparejada y realizar actividades de parejas (no se… como salir a pasear por el parque comiendo helado, ese tipo de actividades). Me di cuenta (para mi asombro) que mientras yo le regañaba esto yo sufría del fenómeno completamente opuesto, a saber, que no sé estar emparejada.

La verdad es que no he tenido muchos compañeros en mi vida. Con mi tímida personalidad y mi desconfianza en las personas (por traumas infantiles) antes me costaba mucho acercarme a las personas, problema actualmente solucionado. Sin embargo, mantengo cierto residuo en cuanto a los compañeros. Es una constante desconfianza y conocimiento que nada es eterno, que todo se acaba y que las personas se alejan. Pienso que si me acerco mucho a una persona, me encariño o enamoro de ella... al final me abandonará y sufriré por ello. Entonces, aplico la medicina antes de la herida.

Además, creo que me he acostumbrado a estar sola. A disfrutar (sola) de los pequeños placeres que nos otorga la vida día a día. Me siento invadida si una pareja trata de disfrutar conmigo de aquellos placeres (sé que es parte del hecho de ser pareja pero es una cuestión irracional que me afecta).

¿Moraleja? Para ser una persona integra, creo, uno de saber como convivir en pareja y vivir en soledad para poder disfrutar de la vida en las circunstancias en que la vives. ¿Yo? Bueno trato de condicionarme a esta idea.





viernes, 28 de mayo de 2010

Soltera y sin compromisos

Por Gorgona

Dado que hoy cumplo 4 meses de soltería (después de más de 4 años de monogamia) quisiera escribir algo al respecto - léase como si lo escribiera una mechona de la soltería -, aunque no tengo muy claro qué, veamos qué sale. Después de 4 años de estar "estúpidamente enamorada", terminar y darse cuenta de que tu ex es un idiota, es triste y a la vez impactante. Supongo que todos los pololos son Gregorios Samsa en potencia. De la noche a la mañana pueden amanecer convertidos en cucarachas gigantes! Jaja Al menos mi primera impresión fue esa, no entendía nada de lo que había pasado. En un momento tienes planes, proyectos y blah, y de repente, todo se va a la mierda. Pero en verdad, nunca es una cosa del día a la mañana, es un proceso, que a veces una no es capaz de ver, otras veces sí, pero no quiere.

Lo que sí es de la noche a la mañana, de un momento a otro, es terminar: el decir "terminamos" - o como yo hice, mandar a la mierda al otro. Como diría un profe: ahí apreciamos la dimensión performativa del lenguaje, estableciendo una distinción entre dos momentos o estados: en este caso estar pololeando a estar soltero. El momento ritual que marca la distinción puede o no ser traumático, lo que depende de muchas cosas. Para mí fue bastante traumático, debo reconocerlo. Pues tras el acto lingüístico, se cortan un montón de hábitos y costumbres - de larga data en mi caso -, y pareciera que algo falta en tu realidad, como si le hubieran mutilado un pedacito. Por ejemplo, te das cuenta de que quieres ir al cine, pero todos están ocupados... chururu. Una puede tomar eso de dos maneras: deprimiéndose o llenándolo con todas esas cosas que antes no tenían espacio en tu realidad, porque era ocupado por una cucaracha en potencia. Así, de repente, tienes mucho tiempo libre, vuelves a reencontrarte con tus amigas y todo lo que ello implica. A partir del momento en que ves que ese espacio antes ocupado, puede ser utilizado por tantas cosas y momentos, se abren las puertas oficialmente a muchas nuevas experiencias... (teóricamente)

O, puede suceder - conozco a una Gorgona que le pasó - que de repente te des cuenta que te faltan una gran cantidad de habilidades sociales, como para probar todas las cosas que podrías probar... O puede ser que le des rienda suelta a sentimientos amorosos por otra persona muy bien guardados mientras estabas con tu versión de Gregorio Samsa... - y pucha, en verdad esa puede ser la peor opción o convertirse en algo interesante también -, pero ciertamente lo peor es quedarse con esa idea mula de "oh, estoy soltera, me quedaré sola para siempre" y deprimirte porque fulanito ya no te quiere (en caso de que hayan terminado x eso y no al revés). Hay que aprovechar, hay que jotear... de repente tu campus está lleno de hombres guapos que en tus cuatro años de carrera no habías visto!! :O Jajaj y sobre todo, hay mucho que aprender (en todos los ámbitos). Al menos para mí, es el momento de desarrollar habilidades y (re)construir autoestimas y autoconceptos, y, por supuesto, pasarla muy bien.

En estas andanzas de soltera, sale el tema favorito de Esbirro del Arlequín: los sex buddies. Me parece genial, que las mujeres hayan abierto sus puertas (y sus piernas) a un personaje como éste, que antes era casi exclusivamente pensado desde los hombres. Me parece que las mujeres se han empoderado más de su cuerpo y de su propio derecho al placer, y creo que esto es una muestra de ello. Aunque, desde mi perspectiva de inexperta, creo que son toda una apuesta, o una especie de ruleta rusa, si no escoges bien a tu sex buddy, puedes terminar engancha' y no es la idea... (a menos que él o ella también se enganche de ti)... Y esto me lleva a una idea que me suena relativamente parecida a la distinción machista (pero no necesariamente análoga, creo) de "hay mujeres para casarse y mujeres para follar". El sex buddy introduce una distinción entre l@s follables y l@s amables. Hay tip@s con l@s que lo único que te interesaría tener es compartir un par de tragos, tener un revolcón (o unos varios), y quizá una amistad, pero hay otr@s con los que sabes que te arriesgas al intentar algo sin compromisos, pues puedes caer redondita y enamorarte del muy patán (jaj). Beware Girls! es@s hay que tenerlos cerca, pero no taaann cerca (por si te aburres de las andanzas de soltería sin compromisos y el free-love, y decides darle rienda suelta a la posibilidad de amar). Para que la cosa resulte, supongo que c/u debe tener clara las reglas del juego :P

Yo en verdad estoy dispuesta a cualquiera de las dos - amor o sex buddy -, jaj, y aunque no creo en existencia de "la media naranja", recojo esa frase que dice "mientras no encuentro mi media naranja, como mandarinas".

G.


jueves, 27 de mayo de 2010

Yo no me quiero casar (y usted?).

(LO BORRE!!!!... bueno, a escribirlo de nuevo).

Por: Melisa "Novia Fugitiva" Blanc.


Y así es nomás, no me quiero casar. No quiero ser "la señora de...", lo fui por 20 minutos en una línea en un diario y me sonó espantoso.

Esto no es un tema de hombres y mujeres, sino que de seres humanos en general, algún ocioso inventó el matrimonio para poder castigar a su cónyuge si lo traicionaba, pero lo peor fue que se les fue haciendo costumbre. Lo que en un principio eran promesas de enamorados después llevó a un género a hacerse cargo de otro. Y ahora? ahora las mujeres piden igualdad cuando deberían pedir equidad y los hombres? piden postnatal.

El tema del matrimonio en mí no es nuevo. No es que en algún momento de mi vida me hubiese querido casar y luego no. Desde que tengo "uso de razón" que el "para siempre" me ha sonado tétrico. TÉTRICO.

Entonces aparece el maldito cliché de la chica con el vestido de novia en la cartera. En serio? En serio somos así? Hay casos y casos, pero en realidad, yo creo que no. Creo que todas buscamos establecernos con otras personas, hay opciones para eso -el matrimonio es la más popular, seguida de cerca por la bien ponderada convivencia -, y de ahí entonces hay una enredadera que no alcanzo a entender muy bien, y por eso alguien llegó a la conclusión de que todas las mujeres querían casarse.
Pasa en todos lados, una mujer no soporta a su suegra y llega la conclusión de que todos los hombres son mamones, y que la mamá es sagrada y todo eso. Pero podríamos sentarnos a pensar en que hay muchas personas en este mundo, todas con una historia distinta y con una apreciación diferente. Me dolió cuando mis papás me dijeron que mi hija iba a tener problemas porque yo no me casé.
Yo nací en el seno de una familia católica, mis padres hasta la fecha están casados... y yo me NIEGO ROTUNDAMENTE a la sola idea del matrimonio...eso no les dice nada?

Femineidad/Masculinidad



A desnaturalizar las concepciones de lo femenino/masculino.

G.

martes, 25 de mayo de 2010

Se digna mujer!

Por: Gorgona

Viendo los temas que han salido en lo poco que va del blog, quisiera hablar sobre un tema que reúne quiebres, venganzas, consejos, ser cabrona o no, etc, y que tiene que ver con el respeto a una misma: la dignidad. "Se digna". Al final, ser cabrona implica una búsqueda y protección de la dignidad, es la mina que se pone primero a ella, segundo a ella, y tercera a ella. A ella y sus sueños, a ella y sus proyectos, a ella y su dignidad como persona. Que nadie te pase a llevar. RESPETO.

En verdad en el momento de las relaciones de pareja, a veces una ni se da cuenta de cómo una permite que le falten el respeto y a la vez se falta el respeto a una misma. A mí me pasó (jaja suena a terapia de grupo) y me sigue pasando de vez en cuando que me pillo haciendo cosas que alguna vez me prometí que nunca más haría, como por ejemplo: ser arrastrada. Y es que a veces una cuando se enamora - u por otras razones como miedo a estar sola (que no es mi caso, para nada) - se vuelve realmente estúpida y todos esos principios de "Nadie me pisoteará", "Yo y mi bienestar estamos en primer lugar"... quedan como medios olvidados, no es que una no los tenga, es que se olvida ponerlos en práctica, porque van contra nuestros deseos de mantener una relación - que puede estar siendo muy destructiva-.

Hoy empecé a escribir un diario de vida, y al hacer un recuento de lo que me ha pasado en el último tiempo y de mi última relación... me doy cuenta que permití que me pisotearan y me humillaran muchas veces, y en distintos contextos. De hecho, una vez, una amiga del colegio, que no veía hace mucho tiempo, y que me pilló en un estado emocional como el del título de nuestro blog y con la cual me desahogué a pesar de no tener confianza ya en ella, me dijo: "Me sorprende lo que me dices, nunca me hubiera esperado algo así de ti". Y yo no entendí. "La G. que yo conocí en el colegio, era una mina chora, que nunca se hubiera dejado humillar así y que nunca andaría llorando por un imbécil como este." Fue como que me pegara una cachetada de realidad y me sentí pésimo. Tenía TODA la razón, y dolió mucho, pero era necesario que alguien me dijera eso, y que no se sumara a los consejos vengativos, que solo alivian la rabia un rato, pero que en verdad... al final se transforman en una avalancha de impotencia, porque nada ni nadie te va a quitar la pena del duelo que implica terminar una relación importante y menos si terminó de manera horrible como la mía.

Y tener pena es una cosa, pero dejar que te pisoteen y seguir arrastrándote es otra muy distinta. Y yo me creía muy cabrona, muy empoderada... Quizá en algunos aspectos sí, pero en ese momento de mi vida, estaba - como leí, en un artículo de las mujeres de Fellini, que decía la actriz protagonista de 8 1/2 , que fue amante por 17 años de ese director - "realmente estúpidamente enamorada". Y no, ya basta, de verdad, hay que aprender a quererse más a una misma, y tratar de no enceguecerse: el amor puede ser muy lindo, pero no vale la pena si es que ha derivado a sostenerse sobre humillaciones. Si el wn - o wna - no te respeta, es porque ya no te quiere, o al menos, no se merece tu amor. Y una le hace un gran favor a una amiga al decirle que está actuando de manera patética, aunque se enoje con una, al final- si es inteligente- sabrá valorarlo. He dicho.

lunes, 24 de mayo de 2010

Siendo estúpido serás feliz (garantizado!).


Por: Melisa Blanc


Quería poner una foto, jijiji.


Siempre hablo de esto, en todos lados, pero es que me intriga demasiado. Los seres humanos somos una cosa muy graciosa, que valora las grandes habilidades. La fuerza, la destreza, la velocidad, la inteligencia.. toda la inteligencia? no precisamente. No cuando a la inteligencia te la tienes que egrupir.


Hace unos días encontré un libro que se llama "por qué los hombres aman a las cabronas?" donde una chiquilla con imaginación relataba lo gratificante que resultaban las relaciones para "cierto tipo de mujeres". Las cabronas son las que se llevan todas las ventajas de las desventajas masculinas, precisamente porque hacen como si todo les importara una soberana raja. Yo me puse a leer, bastante divertida con algunas frases (cosas del tipo "La mujer que persigue a un hombre con un camisón negro sólo obtendrá que él tenga sexo con ella... y después va a huir")... pero luego caí en la cuenta del fraude.


Cito:

"Las 10 características de una Cabrona:

1.- Mantiene su independencia (Uhm... ya, sí, claro. Definitivamente no eres "la polola de..." me gusta).

2.- No lo persigue (sí, también. O sea, si él no puede salir contigo... cagó).

3.- Es misteriosa (uhm... con tanto facebook y msn, y twitter, es difícil mantener esa caracterísica).

4.- Lo deja queriendo más (Excelente xDDD).

5.- No permite que él la vea pasando un mal rato (difícil, pero se puede hacer).

6.- Tiene control de su propio tiempo (no entiendo eso, NADIE tiene control de su tiempo la para ser cabrona tienes que ser chronos?).

7.- Mantiene su sentido del humor (del humor que sea, cierto?).

8.- Se siente valiosa (onda.. "soy mejor que tú y lo sé?").

9.- Siente pasión por cosas no relacionadas con él (ah claro, ella existía antes de que él llegara o no?).

10.- Trata a su cuerpo como una máquina bien afinada (algún día me sentaré a discutir eso)."


Yo, damas y caballeros SOY UNA CABRONA. Y créanme que la vida no es tan glamorosa.


Por qué? Porque un principio fundamental de una relación, es que uno no tiene que ser tan inteligente como para descubrir manipulaciones, mentiras o chantajes malhabidos. Tienes que sorprenderte con esos detalles tan mal planificados, tienes que saber sonreir y perdonar (sobretodo lo segundo), pero las relaciones humanas son así. Señor, señora, señorita o señorito que lee eso, hágame caso, no necesita ser cabron o cabrona... USTED NECESITA SER IDIOTA.



Jajajaja, mentí. Lo que se necesita es sentir con el corazón que tenemos en el estómago, ese que hace que omitamos detalles. No todos, claro.