martes, 15 de junio de 2010

Sobre maracas, cabronas y concubinas.

Por Gorgona (desaparecida en acción)

La construcción hegemónica de la femineidad ha tendido siempre ha ligar a lo femenino a una polaridad que se podría representar a través de las figuras bíblicas de la Virgen y María Magdalena (la puta), siendo el ideal de femineidad ligado a la virginidad, pureza... en fin, a una especie de áurea de asexualidad; mientras que todo lo ligado a la sexualidad femenina, sino se reduce a la reproducción, cae en el lado oscuro de la fuerza bajo el apelativo de "puta", o más bien "maraca". Al menos ha sido así en términos tradicionales.

Es así como nos encontramos en el impactante contraste de que mientras un hombre es considerado bkn, cabrón, macho, exitoso, galán, etc, cuando logra liarse a varias parejas o tener relaciones casuales; una mujer con una conducta similar es tildada de "maraca"; cuando en el fondo pareciera no existir una diferencia sustancial entre ambos comportamientos. Hasta las mismas mujeres tildan a sus congéneres de maracas cuando las ven en dichas andanzas... por qué? Bueno, básicamente por dicha construcción de la femineidad que tenemos cuya raíz podría encontrarse en la tradición judeocristiana y, con mayor énfasis, en la satanización de lo femenino durante la edad media, donde la mujer ya no sólo era virgen y madre (?) o puta, sino que también bruja. Y al igual que una bruja y una adúltera, la mujer que vive su sexualidad de manera distinta es señalada con el dedo para tildarla de maraca, mientras en el caso del hombre simplemente no es tema, es normal.

Ahora bien, tras la introducción de la píldora anticonceptiva, se vivieron una serie de procesos que llevaron a una "liberación sexual" de la mujer, y la noción de la mujer pura y asexuada se fue diluyendo. Hoy no es raro que las mujeres tengan relaciones casuales, que se coman a alguien en un carrete, etc. Ahora la pregunta que me nace en este contexto, se trata esto realmente de una liberación sexual? Hace un tiempo leía un artículo sobre una investigación realizada sobre el "ponceo" en adolescentes pokemones (sí hay cientistas sociales que investigan sobre los pokemones) y la autora daba cuenta que a pesar de que las mujeres tuvieran la "libertad" de "comerse" a varias personas en una misma noche, en el fondo no se trataría de una liberación femenina ni sexual de las niñas, quienes en el fondo no estarían más conectadas a su derecho al placer y a vivir una sexualidad plena, sino que en el fondo estarían pendientes de responder a los deseos y expectativas de los hombres. Es decir, no buscan el placer recíproco que podría obtenerse en una relación simétrica, sino que complacer de manera bastante unidireccional, siendo esta actitud de "complacer" al otro lo que reafirmaría su "autoestima" y las harían sentirse "más mujer". Manteniéndose la relación asimétrica hombre-mujer.

De qué se trata entonces? Utilizaré dos categorías que ya han ido saliendo en las distintas notas de este blog: cabrona y concubina. Lamentablemente, como yo lo veo es que en realidad no se ha dado un paso hacia la liberación femenina, sino que se ha reafirmado la figura de la mujer como objeto sexual - y hago énfasis en la palabra objeto - y se ha mantenido la mujer como concubina, en el sentido de complacer al hombre (o la pareja) y que todas sus acciones están ligadas a dicho objetivo, constituyéndose una autoestima y una femineidad ligada a la valoración que la pareja haga de ti.

Lo que me parece bastante peculiar, es que a pesar de ser "bastante aceptado", aún se mantiene la idea de que las mujeres que se agarran a varios minos, son "maracas". Para dar un ejemplo, hace poco menos de un año, estaba con mi (ex)pololo y sus amigos carreteando en la u de él, y ellos empezaron a hablar de dos amigas de ellos - ojo, que eran amigas - y a ambas las tildaron de maracas. Recuerdo que yo me enojé con mi pololo de ese entonces, porque no entendía cómo podían tildar a sus propias amigas de maracas. Pero luego, a través de otras anécdotas sobre las chiquillas en cuestión, y poniéndolo en perspectiva, llegué a una conclusión que puede dar luces respecto a esto y a diferenciar entre una mujer empoderada de su sexualidad y una simple concubina.

En el caso que pongo como ejemplo, resultaba que esas chicas eran de las que "se le tiraban" a los hombres (literalmente), eran de las que posaban con sus amigos y desconocidos en poses sexonas, y utilizaban técnicas de seducción bastante burdas y explícitas - piensen en alguna de las minas de la farándula o de yingo - y que se curaban raja quedando poco menos a disposición de lo que cualquier tipo quisiera hacer con ellas (bastante patético, a todo esto). Eso, es a mi parecer, una maraca: una concubina; y no pasa tanto por el hecho de agarrarse pocos o hart@s min@s, sino que cómo se establecen esas relaciones casuales, cuál es la motivación y cuáles son los términos en que se establecen. En este caso, es de una clara asimetría.

Una cabrona, por otro lado, se agarre o no a varias personas, tenga relaciones casuales, etc; tiene una actitud distinta y se relaciona con sus posibles parejas casuales (o serias) en términos de igualdad y reciprocidad. Tú me das y yo te doy (lo que sea que andes buscando si es sólo sexo o amor). Y a diferencia de las "maracas" utiliza técnicas de seducción bastante sutiles, que no caen el "erotismo" burdo de chupar un chupete con care'caliente, como ofreciéndose "aquí estoy lista, ven a darme" - perdonen mi lenguaje, pero ya saben que yo no soy pa'na dama -. Sino que implica una seducción mucho más activa, y ciertamente, al menos desde mi parecer, con mucho más orgullo y autorespeto. Una mujer empoderada sexualmente es en el fondo una mujer que sabe que tiene derecho al placer y que se constituye como sujeto con una dimensión sexual, que se plantea en términos de igualdad con su compañer@, y que es activa en la seducción, conquista y en la misma relación sexual y amorosa. No es ni se presenta a sí misma como una vagina con patas.

Esa es mi humilde opinión




PS: Espero que no les moleste el cambio de look del blog :S

3 comentarios:

  1. Depende... estan las "lobas" que son bastante osadas y empoderadas... a tal punto de que muchas veces los hombres se sienten amedrentados o disminuidos ante ellas...

    He conocido a varias en el camino

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  2. Tru Jo
    nunca descarté a las "lobas" como mujeres empoderadas, creo que caben dentro de ésto: "es activa en la seducción, conquista y en la misma relación sexual y amorosa", e igual creo que las "lobas" tienen una conducta bastante distinta a una maraca estilo yingo que mueve el culo con cara de "ven tómame". Por el contrario, las "lobas" son cabronas por excelencia. A menos que esté entendiendo otra cosa por loba (q' lo estoy pensando como come-hombres, o una mujer bien lanza')

    o no?

    G.

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  3. Es un poco cruenta tu entrada pero así es la realidad. Es lamentable el camino de la maraca pero he ahí la libertad de cada persona de decidir quien quieren ser (o proyectar), así que me limito a decir que están en su derecho.

    Completamente de acuerdo con tu perfil de cabrona empoderada con su libertad no tanto sexual pero en todo sentido, en especial, libertad de acción. También creo que la cabrona que tu caracterizas se basa absolutamente en el amor propio, en el conocimiento y aceptación de quien uno es.

    Terminando con este comentario, solo decir que leyendo tu entrada recordé un dato freak: hay un escritor romántico de a mediados del siglo XIX (creo) que decía que el adulterio era el único medio de liberación de la mujer dominada por los designios de los hombres que gobernaban su vida (a saber: padre, hermanos y esposo).

    Cariños,
    Esbirro de Arlequín

    PS: Me encantó la nueva imagen del blog. ;D

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