
martes, 19 de octubre de 2010
Requiem

lunes, 13 de septiembre de 2010
Llave y cerrojo
jueves, 29 de julio de 2010
Acercamiento al nihilismo (?)
Por: Esbirro de Arlequín
Acabo de leer “Antes del Fin” de Ernesto Sábato (libro cuya tenencia tenía hace ya dos o más años y que por fin puedo devolver a su dueño). Al terminar sus páginas tengo un saborcito en la boca a la vez una especie de realismo confundido en cierto punto con pesimismo, con una esperanza ciega casi inútil. Rescato la paradoja de los tiempos modernos: la deshumanización de la humanidad.
El semestre pasado curse un electivo sobre el nacimiento del Estado nación, es decir, la historia de Europa (porque, ironizo, el resto del mundo no existe) desde la revolución francesa 1789 hasta la segunda guerra mundial. En el siglo XIX existía una euforia (tal vez histeria) por la idea de progreso. La revolución industrial, la tecnología, las nuevas comodidades, el capitalismo, el individualismo, el racionalismo, los avances científicos y el futuro prospero e infinito. ¿Cómo termina este sueño, hecho del cual somos herederos? Con guerras atroces en las cuales no importaba la cantidad de soldados puestos en las fronteras atrincheradas puesto que se consideraban estadísticamente como cifras olvidando que aquellas vidas fueron hijos, padres, esposos o simplemente seres humanos (que siempre habría alguien que llorase su muerte).
Esta es la mentalidad que continua hasta nuestros días. El individualismo nos consume y el consumismo es individual, lo queremos todo y no queremos compartir nada. Todos somos pecadores de la deshumanización puesto que ya nada es sagrado, como dice Sábato, ni religión ni valores. En nada creemos (o en nada más queremos creer) y la ciencia nos racionaliza pero no satisface la espiritualidad que cada ser debe buscar. En nuestros días el mercantilismo de antaño, el comportarse como dragón, el dinero y el falso éxito son los objetivos que la sociedad nos impone. Estos objetivos no me satisfacen.
Pero tal vez la deshumanización no deba llamarse como tal puesto que este comportamiento egoísta es propio del ser humano y la virtud es una excepción.
PS: En el epilogo del libro Sábato, ante la cruda realidad de nuestros días, nos invita a un comportamiento anarco-cristiano. Notable (no me pregunten en que consiste…).
miércoles, 14 de julio de 2010
¿Puedo ser egoísta?

martes, 6 de julio de 2010
Manualidades y yo: el punto cruz

miércoles, 2 de junio de 2010
Vida en pareja

Por: Esbirro de Arlequín
Iba es escribir sobre los amigos con ventaja y su utilidad… pero he estado estos últimos días pensando mucho en otro tema: la soledad. Escribo esta entrada con un espíritu de autoayuda.
Una anécdota previa: tengo una amiga a la cual siempre le he regañado el hecho que no sabe estar sola, que siempre requiere estar emparejada y realizar actividades de parejas (no se… como salir a pasear por el parque comiendo helado, ese tipo de actividades). Me di cuenta (para mi asombro) que mientras yo le regañaba esto yo sufría del fenómeno completamente opuesto, a saber, que no sé estar emparejada.
La verdad es que no he tenido muchos compañeros en mi vida. Con mi tímida personalidad y mi desconfianza en las personas (por traumas infantiles) antes me costaba mucho acercarme a las personas, problema actualmente solucionado. Sin embargo, mantengo cierto residuo en cuanto a los compañeros. Es una constante desconfianza y conocimiento que nada es eterno, que todo se acaba y que las personas se alejan. Pienso que si me acerco mucho a una persona, me encariño o enamoro de ella... al final me abandonará y sufriré por ello. Entonces, aplico la medicina antes de la herida.
Además, creo que me he acostumbrado a estar sola. A disfrutar (sola) de los pequeños placeres que nos otorga la vida día a día. Me siento invadida si una pareja trata de disfrutar conmigo de aquellos placeres (sé que es parte del hecho de ser pareja pero es una cuestión irracional que me afecta).
¿Moraleja? Para ser una persona integra, creo, uno de saber como convivir en pareja y vivir en soledad para poder disfrutar de la vida en las circunstancias en que la vives. ¿Yo? Bueno trato de condicionarme a esta idea.
lunes, 24 de mayo de 2010
"Le pongo la sal"
domingo, 23 de mayo de 2010
Bienvenida
Por: Esbirro de Arlequín
Mientras escucho el caos de los músicos con sus instrumentos jugando previo a su presentación: no puedo dejar de pensar en unas líneas leídas recientemente. Hace tiempo que me pregunto varias cuestiones, tal vez desde que tomé conciencia de mi conciencia, y últimamente pienso en la existencia. Acotando un poco el tema, creo que no es propiamente la existencia sino la existencia de las dicotomías en nuestras vidas (o al menos en la mía). Mi mente normalmente confusa no puede dejar de serlo en estas materias.
Creo que no he logrado expresar mi interés en estas líneas, creo que una pregunta directa ayudaría: ¿qué significa ser mujer? Bueno, en un primer impulso, es “algo” contrario a ser hombre. Pero entonces… ¿qué es ser hombre? “Algo” que no es mujer… entonces las respuestas serian circulares.
Desde pequeña he detestados el trabajo servil sin retribución que la mujer debe realizar a favor de los hombres de la casa (fui víctima de ello cuando pequeña siempre revelándome a ello). Sin embargo, recuerdo un episodio en la casa de unos parientes que me marcó. Recriminaba a un primo una vez por no ayudar a sus hermanas a levantar la mesa y lavar los platos, ante lo cual me responde que aquel es trabajo de las mujeres y que él ayudaba a su padre en otro tipo de labores (normalmente limpiando el auto, pintando la casa y otros trabajos similares). Entonces, de esta experiencia puedo inferir que lo que nos diferencia de los hombres es el tipo de labor que realizamos en la casa (mejor no hablar del mundo laboral).
Pero me estoy desviando del más reciente factor gatillante: Ursula K. Le Guien (autora que siempre recomiendo) en Teharu realiza una hermosa labor describiendo la de la mujer dentro del mundo de la fantasía (donde el hombre es preponderante atreviéndome a decir que incluso su rol es absoluto en este tipo de historias) y, a su vez, plasma de manera exquisita la diversidad de roles que forman a una mujer: hija, madre, esposa, mujer. Entonces, en una conversación en torno al fuego del hogar la protagonista de la novel compara a su difunto marido con su actual pareja: hombres completamente distintos. Reflexiona y reconoce que su difunto marido nunca la ayudo en las labores de mujeres (básicamente aquellas rutinarias destinadas a mantener la casa familiar) y que él siempre tuvo a alguien que le sirviera: su madre, su esposa y su hija.
El objetivo de este blog, al menos para mí, es exteriorizar y compartir mis aprensiones sobre el tema de lo que es ser mujer. Bueno son cuestiones que ocupan y preocupan a mi mente pero por algunas horas estará libre de ellas puesto que la opera comienza.