domingo, 23 de mayo de 2010

Bienvenida

Por: Esbirro de Arlequín

Mientras escucho el caos de los músicos con sus instrumentos jugando previo a su presentación: no puedo dejar de pensar en unas líneas leídas recientemente. Hace tiempo que me pregunto varias cuestiones, tal vez desde que tomé conciencia de mi conciencia, y últimamente pienso en la existencia. Acotando un poco el tema, creo que no es propiamente la existencia sino la existencia de las dicotomías en nuestras vidas (o al menos en la mía). Mi mente normalmente confusa no puede dejar de serlo en estas materias.

Creo que no he logrado expresar mi interés en estas líneas, creo que una pregunta directa ayudaría: ¿qué significa ser mujer? Bueno, en un primer impulso, es “algo” contrario a ser hombre. Pero entonces… ¿qué es ser hombre? “Algo” que no es mujer… entonces las respuestas serian circulares.

Desde pequeña he detestados el trabajo servil sin retribución que la mujer debe realizar a favor de los hombres de la casa (fui víctima de ello cuando pequeña siempre revelándome a ello). Sin embargo, recuerdo un episodio en la casa de unos parientes que me marcó. Recriminaba a un primo una vez por no ayudar a sus hermanas a levantar la mesa y lavar los platos, ante lo cual me responde que aquel es trabajo de las mujeres y que él ayudaba a su padre en otro tipo de labores (normalmente limpiando el auto, pintando la casa y otros trabajos similares). Entonces, de esta experiencia puedo inferir que lo que nos diferencia de los hombres es el tipo de labor que realizamos en la casa (mejor no hablar del mundo laboral).

Pero me estoy desviando del más reciente factor gatillante: Ursula K. Le Guien (autora que siempre recomiendo) en Teharu realiza una hermosa labor describiendo la de la mujer dentro del mundo de la fantasía (donde el hombre es preponderante atreviéndome a decir que incluso su rol es absoluto en este tipo de historias) y, a su vez, plasma de manera exquisita la diversidad de roles que forman a una mujer: hija, madre, esposa, mujer. Entonces, en una conversación en torno al fuego del hogar la protagonista de la novel compara a su difunto marido con su actual pareja: hombres completamente distintos. Reflexiona y reconoce que su difunto marido nunca la ayudo en las labores de mujeres (básicamente aquellas rutinarias destinadas a mantener la casa familiar) y que él siempre tuvo a alguien que le sirviera: su madre, su esposa y su hija.

El objetivo de este blog, al menos para mí, es exteriorizar y compartir mis aprensiones sobre el tema de lo que es ser mujer. Bueno son cuestiones que ocupan y preocupan a mi mente pero por algunas horas estará libre de ellas puesto que la opera comienza.

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